Ayer domingo, aprovechando el festivo y que hoy no teníamos cole, nos fuímos al Castillo de Almodóvar.
El peque está aprendiendo cositas de los castillos en el cole, y cada día me soprende con un personaje nuevo: las damas, los caballeros, los trovadores, las brujas…. Por eso qué mejor que llevarlo a un castillo y que además nos da la opción de visita guiada.
Es muy cómodo ir desde Sevilla, porque está a unos 100 kilómetros y saliendo tempranito se llega allí sobre las 11 y media, como nosotros, y eso que nos paramos a desayunar en Lora del Río. Habíamos reservado la visita guiada unos días antes, como aconsejan en su web- hay dos opciones, la del conde, que es en grupo más reducido y algo más seria, y la del mayordomo, que es la que nos aconsejaron a nosotros al ir con niños. Nota: los niños menores de 4 años no pagan, y los mayores de esta edad, con carnet de «La Banda» no pagan la entrada, aunque sí la visita guiada.
Muy puntual llega el Mayoromo del Castillo y pasa lista de una forma muy divertida, para ver que estamos todos, y pasamos a la visita, son algo más de dos horas de visitar estancias del castillo, con explicaciones y datos históricos, que a los peques no se se les hace para nada aburridas, incluso llegando al final de la visita seguían poniéndose en primera fila para oir al guía, caracterizado de Mayordomo, hasta mi «loquito», que suele ser bastante tímido se acercaba a primera fila… Otra de las ventajas de la visita guiada es la posibilidad de entrar en algunas estancias que normalmente están cerradas. No contaré mucho de la visita, porque lo mejor es que la hagáis y os soprendan, igual que a nosotros, y os riáis mucho con las ocurrencias del guía…. (que son muchas). Al finalizar la visita hay opción de una copita de vino y refresquito para los peques en el patio del castillo. Allí fue dónde salió el otro guía que hace de Mayordomo y ofreció unas plazas en el menú medieval que ofrece en determinadas fechas. Nosotros no lo habíamos reservado porque según la web ese fin de semana no había, pero por sorpresa y a petición de varios grupos habían organizado un almuerzo, algo más reducido que el habitual, pero nos apuntamos, entre otras cosas, porque eran cerca de las 15:00 de la tarde, y teníamos que irnos al pueblo a comer o aprovechar esa opción.
Otro de los personajes del Castillo, el otro Mayordomo, era el «maestro de ceremonías», en un almuerzo muy característico, del que tampoco contaré mucho, para que si lo hacéis os sorprendan también. Sólo contar tres cosillas, no hay cubiertos, así que hay que ir preparado para pringarse los dedos comiendo; hay que ir sin sentido del ridículo, para pasarlo bien y poder colaborar en el espectáculo cuando sea necesario; y por último, el estomago bien preparado y sin pensar el dietas…..
Después aprovechamos para tomar un cafelito y seguir con la visita, ya que nos quedaron algunas torres a las que subir, (y de paso aprovechar para rebajar un poco la comida). Comprar un regalito a los peques; ahora tengo dos enanos con escudos y espadas de madera, con lo que eso conlleva de guerras, palazos y peleas… y de vuelta a casa después de un día genial inmersos en un castillo y sus costumbres.
Sólo decir, que si váis espero que lo paséis igual de bien que nosotros.
Ah! y que no es post patrocinado, es simplemente una recomendación de planes para hacer con los peques, que se puede hacer perfectamente en un día desde Sevilla o alrededores.